Y entonces me levanto una mañana como todas las demás, me estiro en la cama, abro los ojos, deambulo lentamente con mis ojos por la habitación. Finalmente pongo los pies sobre la tierra, salgo, preparo el café, organizo mi desayuno y poco a poco comienzo a despertar.
Y como cada día ocurre, abro mi correo, miro Facebook, el blog, youtube, abro algún diario para enterarme más o menos como va el mundo, empiezo a borrar correos basura, a leer los mails que quiero, a contestar también aquellos que quiero, y vuelvo a mirar Facebook y como hace más de una semana que no lo miro pues hay un montón de comentarios de todos los famosos es decir mis amigos, publicaciones en el muro, fotos, enlaces etc.
Y repentinamente me detengo a leer lo que escribe en el muro una amiga, que no es fanática de Facebook, de hecho muy pocas veces publica algo, pero este mensaje, paraliza mi mañana, mejor dicho me deja de piedra. El mensaje dice algo así como “mañana empieza mi lucha contra el cáncer, gracias a todos por su apoyo”
Y entonces, se me viene el mundo encima y me siento terriblemente mal, triste y comienzo a llorar.
Y me pregunto cómo puede ser? Son solo 39 años. Y el bebé solo tiene dos años y medio!
Y agarro el teléfono para saber que paso.
Y no responde ella sino una amiga.
Y me cuenta el drama. Han pasado solo 20 días desde que detectaron el cáncer y programaron la cirugía casi de inmediato; el martes ha sido la cirugía. Es un cáncer tipo tres, que desde mi ignorancia no debe ser uno de los buenos, pero el oncólogo ha dicho que lo han logrado extirpar todo, pero habrá que hacer quimioterapia y esperar los resultados de patología.
Y no me lo puedo creer. Transcurrieron solo 3 meses desde la última vez que hablamos y ella estaba bien. Con los problemas cotidianos que podemos tener, unos más serios que otros pero estaba bien dentro de lo normal, viviendo su día a día.
Y ahora, esta hospitalizada, operada y con una batalla aún por comenzar, apenas se esta poniendo la armadura para enfrentarse a este dragón que es el cáncer, con los ánimos que puedan quedar después de haber sido operada y los ánimos y voces de aliento que le puedan estar llegando de las personas que tiene cerca.
Y me siento nuevamente triste y a la vez con rabia de que pasen estas cosas. Porque tienen que ocurrir estas cosas? Por qué a ella? Por qué?
Y me censuro a mi misma por quejarme por cosas y situaciones insignificantes, por no valorar lo que tengo, por ser tan superficial, por no vivir el hoy o mejor dicho por malgastar el hoy pensando en un mañana intangible.
Y continuo reflexionando, y me doy cuenta de lo desagradecida que he sido por todos aquellos regalos divinos que la vida me ha dado, pero que lo consideraba no como un regalo sino como un hecho, algo que tiene que ser, algo que me pertenece.
Y es entonces cuando agradezco al Destino, a Dios, a la Virgen, a la Vida por estar VIVA, por tener salud, por encontrarme fuerte, por Ser.
Y es entonces cuando agradezco por cada instante de vida que tengo, y por absolutamente todo lo que hay a mi alrededor.
Y es entonces cuando valoro TODO: Mi pareja, mi familia, mi hogar, mis amigos, mi trabajo, la comida, el aire que respiro, la ciudad en donde estoy, lo que estoy escribiendo hoy, lo que soy.
Y hoy, finalmente tomo consciencia de que lo único que tengo seguro son los instantes de vida que están transcurriendo en este preciso instante, y que los malgasto muchas veces dejando que mi mente se contamine con pensamientos anticipatorios de cosas que quizás nunca ocurran, con pensamientos negativos de situaciones que no puedo controlar, con visiones negativas de la vida, dejando a un lado, ignorando y menospreciando ese regalo precioso que poseo y que me ha acompañado todos estos años: Mi vida.
Y entonces, me prometo a mi misma agradecer todos y cada día de vida que tenga, agradecer por todas las oportunidades que se me presentan, agradecer por la familia, por el amor, por los amigos, por el trabajo, por las mascotas, por la vivienda, por la comida, por la lluvia y por el sol, por el frío y por el calor, por la sonrisas pero también por las lágrimas.
Y entonces, me doy cuenta de que la vida no es estática, fluye permanentemente, cambia, evoluciona, se transforma y entonces la tengo que vivir y disfrutar, porque el instante que deje atrás ya no volverá, el instante que viene no sé como será ni si llegará y me queda entonces este presente que intentare vivir tal cual es: UN SOLO PRESENTE.
Bella reflexión. Gracias :-)
ResponderEliminarBonita reflexión y nos recuerda lo que terminamos obviando, que es VIVIR... amar cada instante que nos brinda la vida... y dejar de esperar cosas que quizás nunca van a llegar...
ResponderEliminarRosa
Porque será que es tan difícil vivir el presente y estar presente. Espero no olvidar esta historia y aprender de ella.
ResponderEliminar